Marcomer, como proveedor de empresas de alimentación, comercializa productos para envasar cacao y sus derivados, entre otros. Asimismo, trabaja con el aluminio que se utiliza para fabricar las tapas de las cápsulas de café.
El café se obtiene a partir de los granos tostados y molidos de una planta que requiere un cultivo especial. Su arraigo es enorme; se trata de uno de los productos más vendidos del mundo, es más, constituye una de las 3 bebidas más consumidas.
En la última década, se ha popularizado una modalidad para degustarlo: las cápsulas. Contienen una dosis de café de distintas variedades, además, permiten elaborarlo rápidamente en máquinas fabricadas expresamente para ello. Una cápsula es una dosis de, aproximadamente, 7 g de café en polvo en una bolsita de filtro; es decir, la cantidad para una taza.
El café, por su naturaleza, debe mantenerse en un lugar fresco, seco, oscuro y sellado al vacío. El aire y la luz condicionan sus propiedades. De ahí la importancia de conservarlo adecuadamente evitando el contacto con agentes externos. Como ocurre con el vino, el aroma es fundamental a la hora de paladearlo.
El aluminio es un material perfecto para conservar todas las propiedades del café, como aroma y sabor. El aluminio se sirve en bobinas, además, se adapta a las medidas y especificaciones de cada cliente.
En Marcomer sabemos lo que significa mantener la esencia de un producto, por eso, precisamente, escogemos el material más indicado para cada uno.